La mente y el cuerpo están conectados. Lo que ocurra en uno de ellos afectará al otro de forma indirecta. Es por ello que sentimos dolor muscular (generalmente en la espalda, hombros y cuello) cuando pasamos por situaciones donde no podemos manejar el estrés causado en ese momento. 

Las gotas relajantes que consigues en la farmacia 4 Estaciones son muy efectivas para tratar con momentos picos de estrés máximos, pero solo tomarlas es insuficiente para bajar los niveles de alerta constantes. Se deben combinar con una serie de técnicas para que los efectos perduren.

Así, las siguientes técnicas están enfocadas en reducir las tensiones del cuerpo que terminarán por relajar también la mente a mediano plazo.

Respiración profunda

La respiración está directamente relacionada con la activación fisiológica y las reacciones ante la ansiedad y el estrés. Podemos notar que sentimos el corazón acelerado e hiperventilación cuando el cuerpo se encuentra en un estado de alerta considerable. Ya sea que tendamos a hacer respiraciones cortas y rápidas o demasiado profundas, terminamos respirando más oxígeno del que necesitamos.

Es aquí cuando aparecen las sensaciones desagradables como el ahogo, la visión borrosa y mareo. Para combatirlos, necesitamos una forma de controlar la respiración, hasta que los niveles de alerta bajen lo suficiente y el organismo funcione con normalidad.

La técnica de respiración profunda consiste en tomar aire por la nariz lenta y profundamente mientras se llena la barriga (no el pecho), haciendo que se dilate el diafragma al máximo. Se retiene el aire durante 3 segundos y se suelta por la boca lentamente, a medida que el abdomen vuelve a su estado normal.

Este proceso lo podemos repetir tantas veces como queramos, de pie o sentado. Si tienes el espacio, lo mejor es en una cama para mayor comodidad.

Relajación progresiva Jakobson para manejar el estrés

Es uno de los métodos más utilizados para bajar los niveles de estrés debido a que es fácil de llevar a cabo por cuenta propia y es altamente efectivo, en especial si se hace después de la respiración profunda. Se basa en el principio de que hay que tensar primero para relajar a continuación.

Debes tensar cada grupo muscular por separado (cabeza, brazos, tronco, glúteos y piernas) durante 3 segundos y soltarlo, empezando por la cabeza y terminando con una de las piernas. La idea es repetirlo una o dos veces más antes de pasar al siguiente grupo muscular. Repite algún grupo muscular al terminar toda la rutina si todavía sientes la tensión.

Se hace esta rutina al menos dos veces al día. Los efectos de estos ejercicios son inmediatos, pero van evolucionando semana a semana. Al pasar 7 semanas, podrás relajar los músculos y la mente de forma inconsciente mientras realizas otras actividades, sin pasar necesariamente por todo el proceso de tensión y relajación.

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